Don Juan Melchor Bosco se erige por méritos propios en figura clave de la renovación apostólica, metodológica y docente al aplicar su innovador e integrador método educacional del que irradia su Sistema Preventivo (razón, religión, amabilidad-dulzura), en contraposición al dominante y represivo con proyección al entorno socio-laboral durante la convulsionada etapa industrial del siglo XIX. Fundamentó una Congregación religiosa con sede en Turín, popularmente conocida como Sociedad Salesiana siendo sus Constituciones reguladas y aprobadas por la Santa Sede, un 3 de abril de 1874. Quedaban en ellas integrados los Cooperadores con rango de “Salesianos externos”, a modo, de Tercera Orden, que sería aprobada por Pío IX, un 9 de mayo de 1876. La difusión del Salesianismo contó entre 1877 y 1929, en unificada traducción italiana, con un Boletín interno (BS) considerado desde su inicio, como el órgano difusor de las actividades emprendidas por D. Bosco, desde su sede central turinesa, con posterior difusión a otras lenguas, como la francesa en 1879, o la española en 1883, ante la rápida expansión misional a la Argentina y el inicial asentamiento ibérico en la localidad sevillana de Utrera. La dilatada y prodigiosa difusión congregacional se afianzó por Andalucía, Cataluña y España entera ante el carácter prioritariamente asumido de abajo arriba, en unitaria propuesta popular al integrar razón y religión edulcoradas con dulzura y amenidad. En 1841, el 90,79 % de la población española no sabía leer ni escribir, y la incultura constituía el generalizado reflejo de la situación juvenil.
D. Bosco fundó la congregación salesiana el 18-12-1859, en el Oratorio de San Francisco de Sales, en Valdocco-Turín (Italia), conocido en origen como la Pía Sociedad, si bien, a España, las primeras comunidades llegaron en los años posteriores a la Restauración borbónica de Alfonso XII, tras la revolución septembrina de 1868, “La Gloriosa”, que acabó con el trono de Isabel II en el exilio, y conllevó la revolución burguesa, junto a la instauración de los principios liberales en la defensa de los derechos fundamentales, la libertad de prensa, las Cortes constitucionales y el triunfo del capitalismo moderno. En lo religioso primó una mayor libertad ligada a la supresión del fuero eclesiástico coincidente con la frustración motivada por la efímera monarquía de Amadeo I de Saboya en 1871. A pesar de los generalizados problemas adscritos a la pobreza y al analfabetismo reinante en el campo andaluz, el advenimiento y la monarquía alfonsina, desde el 31-12-1874 al 13-09-1923, se alcanzó por contraste, un período de calma social, propiciado por la alternancia política entre liberales y absolutistas, moderados y progresistas, acorde con las premisas constitucionales de 1876. Fueron años de adaptación y ajuste, sin obviar los avances traducidos en los sectores sanitarios y educacionales, confirmados en las aportaciones introducidas, entre otros, por Francisco Giner de los Ríos (1840-1915), con el nacimiento de la Institución Libre de Enseñanza o, la renovación pedagógica promovida por el Padre Manjón (1846-1923) y las Escuelas del Ave María. La capital italiana, por entonces se hallaba en Florencia, siendo habituales los conflictos bélicos entre italianos, franceses, austríacos y prusianos. En España, el sexenio revolucionario (1868-1874), intercalado con procesos de anarquía y marcado signo anti-religioso, conllevó un innovador asociacionismo católico ante el manifiesto espíritu laicista y anticlerical de la Revolución parejo a la promoción de una cultura inspirada en la fe católica.
Mientras, Don Bosco, persona de carácter prudente, cauto, audaz y atrevido gestionaba con inusual maestría y asombro de los más distinguidos e ilustres personajes del momento, como fueron, entre otros, el jefe de gobierno italiano en 1866, o el pontífice Pío IX, al que visitó en 1877. Desde Utrera (Sevilla), irradiaron los salesianos su acción cultural y evangelizadora hacia Málaga, Sevilla, Sarriá-Barcelona, Écija y demás fundaciones que jubilosamente poblaron la extensa piel de toro. La Congregación salesiana promocionó una generación de innovadores maestros y educadores cuando tanto escaseaban en la instrucción y la evangelización de las distintas promociones de obreros con especial dedicación a las clases sociales más humildes y necesitadas. El Catolicismo social español constituye un hecho moderno vinculado al incipiente fenómeno de la industrialización modernizado en el ámbito legislativo a instancias del papa León XIII en su encíclica Rerum Novarum, de 1891, en símil, a los sucesivos proyectos de ley de carácter laboral relacionados con el trabajo de la mujer y los niños, el descanso dominical o, la ley de Inspección de Trabajo, de 1904. Un novedoso sindicalismo germinó en el asociacionismo obrero, partícipe de la inspirada proyección religiosa, asistencial y hospitalaria.
Don Bosco proclamó la activa dignificación de lo humano centrado en la santidad de lo cotidiano como reflejo de la totalidad amorosa del Creador. La espiritualidad salesiana quedó simbolizada en el escudo que recoge el mensaje alegórico y congregacional presidido por la estrella, el ancla y el corazón, que representan las virtudes teológicas en compaginado campo espacial protagonizado por la figura de San Francisco de Sales. Fue el principal patrono de la Familia salesiana, junto al bosque, en directa alusión al origen piamontés del fundador, en proximidad a las elevadas cimas montañesas y sempiterna evocación de los altos ideales, simbolizados por la palma y el laurel que le rodean, en sinonimia biográfica acorde con su lema predilecto, Da mihi animas, caetera tolle (dadme almas y llevaros lo demás).
Contexto y rasgos biográficos
D. Bosco nació en i Becchi, caserío de Castelnuovo de Asti, en el Piamonte italiano, el 16 de agosto de 1815, en una humilde familia campesina. Huérfano de padre al contar dos años fue educado por su madre Margarita Occhiena (Capriglio, Asti, 01-04-1788-25-11-1856), bautizado en la parroquia de Castelnuovo y ordenado presbítero el 05-06-1841 en Turín, capital en la que fallecería el 31-01-1888, hasta ser declarado Venerable en 1907, beatificado en 1929, por el papa Pío IX y canonizado por Pío XI, el 01-04-1934, en la gozosa liturgia del Domingo de Resurrección. Su festividad se celebra el 31 de enero y ser proclamado por Juan Pablo II en 1988, Patrono y Maestro de la Juventud el 24-05-1989, además de ostentar el Patronazgo de los Editores Católicos (1946), Magos e Ilusionistas y el Cine (1953)º, y de las Escuelas de Formación Profesional (1959). Entre su extenso discipulado sobresalió Santo Domingo Savio (Mondonio, Italia, 02-04-1842-09-03-1857), declarado el santo, no mártir, más joven de la Iglesia católica, por Pío XII, el 12-06-1954, con fiesta el 6 de mayo, erigido en modelo de niños y adolescentes, además de protector de las cunas. Comparte santoral salesiano con la fundadora de la rama femenina salesiana, Santa María Mazzarello (Mornese, Italia, 09-05-1837-Niza, Monferrato, 14-05-1881), beatificada por Pío XI en 1938, y canonizada por Pío XII, el 24-06-1951. El 09-06-1929, los restos mortales del fundador fueron trasladados a Valdocco. Bosco es sinónimo de bosque, derivado del espacio que separa el barrio de Valdocco de la capital turinesa, próxima a Chieri, sede de la “Sociedad de la Alegría”, como será conocida la inicial Capilla Pinardi, un cobertizo convertido en su habitual vivienda dedicada al Resucitado, en recuerdo de la Pascua de 1846. Allí estableció su Primer Oratorio Festivo, presidido por la patronal imagen turinesa, la Madonna de la Consolata. Dicho recinto hizo las veces de Casa, Colegio, escuela y centro juvenil transformado en compartido Oratorio y taller habitual de trabajo, en el que también, se impartía catequesis y pastoral en animada convivencia. Durante su niñez frecuentó el templo de San Francisco de Sales, en cuyo altar de la Inmaculada oró y celebró su primera misa, el segundo Rector salesiano, San Miguel Rúa (Turín, Italia, 09-06-1837-06-04-1910)(1).
Don Bosco, en símil con algunos integrantes del santoral católico fue considerado loco y visionario al contarse entre sus ensoñaciones proféticas diversos episodios extraordinarios sublimados con fases de bilocación como el acontecido durante su estancia en Barcelona, en la noche del 9 al 10 de abril de 1886, al percibir cómo la familia salesiana se expandía desde Valparaíso a Pekín, pasando por África y Asia, con la estrecha colaboración del coadjutor José Rossi y su sucesor, D. Miguel Rúa. Entre los referentes hagiográficos se cuentan, el escolapio, San José de Calasanz, patrono del Magisterio español, San Felipe Neri y, en especial, San Francisco de Sales. Su proclive afán misionero quedó ratificado en 1881, al enviar una primera expedición salesiana desde Turín hasta la Patagonia argentina, y entre los sueños confirmados figura el de los tres templos, encarnados en la capilla Pinardi, dedicado a San Francisco de Sales, el Santuario de María Auxiliadora, además de la imprenta y los talleres instalados en Valdocco. Afamados fueron los sueños de las Dos Columnas en mayo de 1862, a los nueve años y, el misionero en 1886, al escuchar de la Virgen: “Traza una línea de Valparaíso a Pekín, poniendo el centro en el corazón de África, ahí estarán tus hijos”. De 1876 es el sueño y conversación del joven Domingo Savio con su antiguo maestro que le descubre y vaticina el pasado, el presente y el porvenir de la Congregación salesiana.
En conformidad al conocido santo obispo de Ginebra, Francisco de Sales (Sales, Saboya, 21-08-1567-Lyon, 28-12-1622), del que adoptó Don Bosco su espiritualidad y el título de salesiano al promover entre sus integrantes a “perfectos cristianos y honrados ciudadanos”, salidos de sus Escuelas Populares y de Enseñanza Media, Granjas Agrícolas, Escuelas de Artes y Oficios, Universidades Laborales, Institutos Politécnicos, y Centros Educativos, orientados a la formación integral del joven. Fue admirado en su tiempo como ratificó entre otros, el poeta y literato francés Paul Claudel al afirmar: “… Ves que, no sólo es un santo sino también un hombre íntegro. Me gusta su cabello compacto y crespo, y la impresión que da de vigor y agilidad”. La personal preferencia hacia el santo de Saboya, fundador y difusor de la Orden de la Visitación expandida por la Alta región piamontesa entre 1615 y 1640, al escogerlo como predilecto Patrono de la Congregación salesiana. Dicho título coincidió con los deseos de la bienhechora Marquesa de Barolo, al imitar su jovial método proyectado a la conquista de almas, en evitación de posibles desviaciones religiosas del protestantismo (Jansenismo), que horadaba las bases convivenciales de la sociedad piamontesa. Su festividad fue fijada el 24 de enero, fecha del traslado de los restos del obispo de Ginebra desde Lyon a Annecy (Francia). La espiritualidad salesiana se sustentó en la práctica de la humildad, la sencillez y la dulzura de corazón, por lo que, “se cazan más moscas con una gota de miel, que con un barril de vinagre”. En el Reglamento salesiano de 1847, publicado en 1852, se reflejaba el objetivo de los Oratorios festivos puestos bajo la protección del aludido modelo de santidad por su caridad y buenas maneras, al escoger la voluntad de Dios por encima de toda humana oposición. También aplicó dulzura al escoger la devoción inmaculista, e inaugurar la Primera Capilla en honor a San Francisco de Sales, nombrado en 1923, Patrono de los periodistas y escritores católicos (2).
Don Bosco sorprendió a sus allegados al escoger el título de María Auxiliadora por encima de las advocaciones de la Consolata e Inmaculada al determinar: “La Virgen quiere que la honremos bajo el título de María Auxiliadora “(M.B. 7,334). A dicha titularidad se acoge el Santuario turinés erigido en basilical y constatar, que “cada ladrillo del templo era un milagro de María Auxiliadora”. Fundó también, junto a Santa María Mazarello, el Instituto de Hijas de María Auxiliadora y creó la Sociedad de María Auxiliadora, protectora de las obras salesianas, con lo que D. Bosco es el santo de María Auxiliadora y Ella, es la Virgen de D. Bosco (Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros en todos los campos: económicos, sociales, pastorales y educativos). Desde los inicios congregacionales existió la figura del Salesiano sacerdote el de coadjutor, además de ocupar sus miembros, distintos obispados y cardenalatos, con actualizado referente, en el ejercido por el salesiano Tarsicio Bertone, Secretario de Estado vaticano (2012) y, del nombrado en 1996, Premio Nobel de la Paz, Monseñor Carlos Felipe Ximeno Bel, ante el apoyo brindado en la independencia de Timor Oriental.
La Casa Generalicia, en la que residen el Rector Mayor y el Consejo General radica en Pissana, Roma, presidida por el salesiano (2012), mexicano de origen Pascual Chávez, elegido, el 03-04-2002, como IX Sucesor de San Juan Bosco. En el orden cronológico se relacionan: San Miguel Rúa (1837-1910), Rector Mayor, entre 1882 y 1910 / Pablo Albera (1844-1921), RM: 1910-1921/ Beato Felipe Rinaldi (1856-1931), RM. 1922-1931/ Pedro Ricaldone (1870-1951), RM. 1870-1951/ Renato Ziggiotti (1892-1983), RM. 1952-1965/ Luis Ricceri (1901-1989), RM. 1965-1971/ Egidio Vigano (1920-1995), RM. 1920-1955/ Juan Edmundo Vecchi (1931-2002), RM. 1995-2002, y Pascual Chávez (1942-), Rector Mayor desde 2002, renovado en 2008-2014.
Las preferencias eclesiales y devocionales marianas abundaban en los títulos de “Abogada, Auxiliadora, Socorro y Medianera”, clarificadas desde el año 345, por San Juan Crisóstomo, al solicitar de la Virgen, “Auxilio potentísimo, fuerte y eficaz de los que siguen a Cristo”. Por tanto, el título de Auxiliadora ostenta celebrada antigüedad en la Iglesia Oriental de Constantinopla, Antioquía, Éfeso, Alejandría, Atenas y demás focos orientales, al quedar identificada como Boétheia, que significa, “la que nos trae un auxilio venido del cielo”. En occidente y desde 1492, se recoge el oficio litúrgico completo en honor al Auxilio de los Cristianos, compuesto por Fr. Hernando de Talavera, Arzobispo de Granada, como respaldo unificador y eclesial tras la conquista árabe. Otros acontecimientos ratificaron la citada titularidad, en conmemoración de la Victoria de Lepanto, de 1571, entre ellas, la Liberación de Viena en 1683, y la finalización del cautiverio papal de Pío VII en 1814, prisionero y deportado a Fonteneblau por Napoleón para retornar a Roma, un 24 de Mayo. Dicha fecha fue la elegida para celebrar la festividad titular mariana con la institución y el reconocimiento en Munich, de la primera Archicofradía de María Auxiliadora y, contar entre sus fieles divulgadores, con el santo jesuita y doctor de la Iglesia, San Pedro Casinio, incorporada a las Letanías Lauretanas, según consta en la edición alemana de Dilligen, de 1558. Igualmente, Pío XII en 1942, invocó a María como “Auxilio de los Cristianos y refugio del género humano, vencedora de todas las batallas”. El Beato Juan XXIII, la exhortó como “Auxilio de los Cristianos y Auxilio de los Obispos”, mención reiterada por Pablo VI, al término de la Tercera Sesión conciliar del Vaticano II. Por tanto, se erige en el más universal de los títulos marianos (por encima de los especiales de Refugium peccatorum o Salus infirmorum, porque lo comprende todo y a todos, y demuestra la sintonía y el compromiso mariano con las intenciones del Hijo como Salvador del mundo (3).
El origen advocacional salesiano se remonta al siglo XVI, con la incorporación de la re4clamada titularidad a las Letanías marianas, aprobadas por el papa Clemente VIII, un siglo después. En 1627, ya existía la Cofradía de la Virgen Auxiliadora, rubricada por Urbano VIII, con presencia mariana en la capilla alemana de Passau. Dicha devoción, presente en Baviera y el Tirol, se expandió por Austria e Italia, hasta que Pío VII, al regresar de su exilio francés, un 24 de mayo de 1814, decretara su fiesta litúrgica, un año antes del nacimiento de Juan Bosco, y con ello, fundamentar, el 18 de abril de 1896 en Turín, a la Archicofradía de María Auxiliadora.
En principio, la obra salesiana de Valdocco, en Turín, contó con tres espacios cultuales ideados y soñados por San Juan Bosco en 1846, 1852 y 1868, la capilla patronal de la Consolata, el templo dedicado a San Francisco de Sales, y el soñado Santuario a María Auxiliadora desde 1844, aunque, la primera piedra fuera colocada por el fundador salesiano en 1863, con los 40 céntimos entregados al capataz, que sorprendido, escuchó de su boca: “No se preocupe, la Virgen se ocupará” para ser gozosamente consagrado en junio de 1868. Dicha Iglesia turinesa se convertirá en la Casa Madre y Santuario Basilical de la Congregación salesiana bajo el título de “María Auxiliatrice”. Tanto, Juan Cagliero Musso (Castelnuevo Di Asti, Turín, 11-01-1838-Roma, 28-02-1926), como Juan Bautista Lemoyne (+14-09-1916), biógrafo del santo fundador, coinciden al aseverar, que Don Bosco, en alusión a los complicados y tristes tiempos que corrían, contó por carta remitida a Pío IX, con el apoyo papal al aprobar la construcción templaria, un 13 de febrero de 1863. El pontífice remitió 500 francos como dadivosa ofrenda al aseverar, que María Auxiliadora sería un título muy grato a la Augusta Reina de los Cielos”. (“la religión y los ministros sagrados han sido expuestos desde hace dos años a graves pruebas en nuestro país, tanto por los duros ataques de los protestantes y por las amenazas y opresiones de las autoridades como por el extravío de no pocos de aquellos que fueron puestos por Dios como custodios de la casa del Señor” (4).
Primeros Asentamientos Salesianos
El cronista y admirador del salesiano escribió: “Era D. Bosco, uno de los pocos, que había comprendido desde el principio, que el movimiento revolucionario no era un torbellino pasajero, porque no todas las promesas hechas al pueblo eran malas, ya que, muchas de ellas se identifican con las aspiraciones universales de sus protagonistas”. Por muchas razones, el fundador salesiano pensaba que, el clero debía aproximarse al obrero, promocionar el acercamiento al niño, al joven, como una imperiosa y grata necesidad desde su juventud hasta su muerte, con la decidida entrega a los jóvenes abandonados. Ya en 1850, fundó una Sociedad de Socorros Mutuos y, seis años después, un internado-hogar para estudiantes pobres. Su humilde casa se convirtió en Escuela Profesional, y compartido referente cultural, por lo que, hasta ella acudían multitudes a Turín, a Valdocco, a la casa de Don Bosco. La presencia eucarística constituye para el santo fundador el medio concreto de adherirse a Cristo resucitado con percepción mariana y correlativa a Cristo, presentes, activos y cercanos en la Iglesia al ser considerados, misteriosos familiares. En idoneidad metodológica planteó el denominado Sistema Preventivo, revulsivo en su tiempo de un innovador impulso educacional con sustento en la razón, la religión y la amabilidad, para modificar de raíz, el anterior modelo sustentado en la penitencia y el castigo, con el incentivo del afecto y la formación integradora. Piedad, trabajo y alegría conforman el basamento idóneo en su integradora labor docente. Su mayor preocupación fue la entrega y la misión entre los jóvenes con la decidida opción por la promoción humana y la culturización de las clases populares, imprescindible para la cristianización social. Don Bosco visitó Francia en 1880, país que contaba con las Casas de Niza, Marsella, Navarre y Saint Cyr, precedentes de futuros establecimientos fundacionales en plazas del entorno mediterráneo, como fueron entre otras, Málaga, Sarriá-Barcelona o Valencia. El miércoles, 16 de febrero de 1881, a las seis y media de la tarde, llegaban en aventurado traslado por barco y tren, procedentes de Cádiz, los seis primeros colaboradores enviados por Don Bosco a España para fundar la Casa de Utrera, desde la que, se expandirán y establecerán en Barcelona-Sarriá, Málaga, Sevilla, junto a una extensa nómina de localidades repartidas por la geografía peninsular e insular. Uno de sus directos protagonistas sería el cardenal Juan Cagliero, cardenal y arzobispo de Milán entre 1909 y 1912, que había partido de Marsella, acompañado del coadjutor José Rossi, recoge la crónica viajera expuesta epistolarmente al fundador salesiano: “España vive retrasada respecto a la inventiva y a las comodidades de Francia e Italia. Por tanto, “cuando hay que efectuar un viaje largo, o se va en primera, o se llega con los huesos molidos, España empieza en los Pirineos” (Carta similar a la emitida desde Madrid, el 23-01-1880). La fundación utrerana contó el impulso aportado por los salesianos Juan Branda (1881-1883)/(1842-1927) y Ernesto Oberti (1883-1889) /(Roma, 1854-28-10-1904)/, al ejercer como propagadores fundacionales bajo el inicial Directorio ibérico de, D. Felipe Rinaldi Brezzi (28-05-1856-1931),/ (1892-1901) y D. Pedro Ricaldone (1902-1911) (5).
Durante la fase del sexenio revolucionario entre 1868 y 1874, bajo la Regencia del general Serrano, vivía en Utrera, el Marqués de la Casa Ulloa, d. Diego María Santiago Calvo de la Banda y Aragón, emparentado con diversas familias de la nobleza andaluza y amigo personal del carmelita, arzobispo y cardenal de Sevilla, Fr. Joaquín Lluch y Garriga (Manresa, Barcelona, 22-02-1816-Umbrete, Sevilla, 23-09-1882), administrador de la primera diócesis española (1874-1877), en la que se establecieron los propagadores de San Francisco de Sales, al ocupar la casa nº 20 de la calle Ancha, o de Juana González, actual de San Juan Bosco, propiedad del citado Marqués, cercana al templo utrerano del Carmen. Decidido propagador de la presencia salesiana hasta la Trinidad sevillana, conforme a la carta cursada el 30-01-1882, por el dominico, filósofo y cardenal de Sevilla, Fray Zeferino González y Díaz de Tuñón (Villoria, Asturias, 28-01-1821-Madrid, 29-11-1894), sucesor del anterior en el episcopado en 1883, y nominado Primado de Toledo en 1885, año fundacional de la diócesis de Madrid-Alcalá, por lo que decidió regresar a su sede hispalense (15-1-1886), y aunar esfuerzos con el apodado “obispo mendigo”, d. Marcelo Spínola y Maestre (San Fernando, Cádiz, 14-01-1835-Sevilla,19-01-1906), que ejerció el episcopado en Málaga hasta 1895, en que ocupó la sede hispalense. En Sevilla fundó el periódico El Correo de Andalucía, además de ejercer de acérrimo defensor del asentamiento salesiano en Málaga (6).
En dicha capital contó con el favor de las familias Heredia, Larios y Loring, mientras el citado Cagliero, paisano de San Juan Bosco, llegaba a la capital malagueña, el 12 de marzo de 1881 y, visitar el Asilo de San Bartolomé con destino a la nueva fundación, con rúbrica y aceptación desde Turín, conforme a la solicitud episcopal de D. Manuel Gómez Salazar, (Arijas, Burgos, 09-07-1824-04-06-1883), al ejercer de presidente del Patronato, en el que se integraron Ricardo Larios, Francisco Mitjana, José Peinado y Salvador Gómez. Se consideran los artífices de la donación de los terrenos para el emplazamiento del actual Colegio y cooperadores, en la considerada como segunda fundación salesiana, si se contabiliza la inicial, aunque fallida intentona de 1883, que duró tan sólo, siete meses con el definitivo retorno y asentamiento de la Congregación en 1897, al Oratorio de San Enrique, sito en la calle del Refino, 20. El 3 de enero del citado año se bendijo la nueva imagen de María Auxiliadora encargada a los Talleres Salesianos de Sarriá, destruida en los dramáticos sucesos de 1936, en los que, igualmente fueron sacrificados nueve salesianos malagueños. Por tanto, durante año y medio, entre 1897 y 1899, Málaga contó con dos sedes salesianas: el Oratorio de San Enrique y el Asilo de San Bartolomé. D. Manuel Reverendo, artífice de la posterior restauración del Centro como director del mismo, presentó la nueva imagen mariana gubiada por el escultor de origen malagueño José Navas Parejo (Álora, Málaga, 22-10-1883-Granada, 10-03-1953), autor de la titular mariana de Ronda, bendecida el 23-05-1937 y, proclamada “Reina de Ronda y Serranía”, en similar cronología a la titular malagueña, de 24-05-1938, (que sustituyó a la primigenia, de 1897), a la que incorporó, la anterior corona y el cetro, salvados de la guerra civil, y ser procesionada por las calles malagueñas el 28 de mayo de 1939. Desde 1947, D. Ángel Herrera Oria (Santander, Cantabria, 09-12-1886-Madrid, 28-07-1968) sustituyó a D. Balbino Santos Olivera (Hospital de Órbigo, León, 27-03-1887-Granada, 14-02-1953), y bendijo el nuevo altar neobarroco, obra de los artistas Velasco y Suárez, en jubiloso acto inaugural, parejo al realizado por D. Ángel Suquía Goicoechea (Zaldivia, Guipúzcoa 02-10-1916-San Sebastián, 13-07-2006), motivado por la construcción del templo salesiano, el 7-12-1972.
Entre los proyectos asumidos por la Asociación de antiguos alumnos destaca la fundación en 1985, de la Hermandad penitencial del Cristo de las Penas, recuperada advocación, presidida por D. Fernando López Soler, con sede cofrade, fijada desde el 8-08-1988, en la cercana parroquia de la Divina Pastora y Santa Teresa de Jesús, en la Plaza de Capuchinos. El domicilio social quedó integrado en los locales de la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio Salesiano con aprobación estatutaria, el 07-01-1989. La imagen titular del Crucificado fue tallada por el escultor sevillano Manuel Carmona Martínez (Fregenal de la Sierra, Badajoz, 1938), autor del conjunto de misterio en el que figuran las imágenes der María Santísima del Auxilio, San Juan Evangelista, el 3-02-1990, y María Magdalena, el 12-01-1991, completado y procesionado el miércoles santo (27-03-1991) de dicho año en su barriada malagueña. Reseñar en el ámbito cofrade, la convocatoria, el 13-02-1994 del VI Encentro Inspectorial de las Hermandades y Cofradías de Penitencia, en el que participaron las salesianas del Cristo del Amor, de Montilla (Córdoba), del Prendimiento y la Piedad, de Córdoba, del Santísimo Cristo del Perdón, de Pozoblanco, de la Cofradía ubetense del Cristo de la Noche Oscura, del Cristo de la Juventud en su Presentación al Pueblo de Montilla, y de la titular malagueña y salesiana, del Cristo de las Penas, anfitriona del Encuentro (7).
El traslado y la connivencia salesiana desde Utrera hacia Sarriá, Málaga y Sevilla fue en principio, continua y fructífera, al efectuarse el ansiado asentamiento en febrero de 1883 hasta el Asilo malagueño de San Bartolomé y, partir en abril de dicho año con renovado afán fundacional a Barcelona. Juan Cagliero y Pablo Albera (None, Piamote, 06-06-1845-29-10-1921) ratificaron el asentamiento en Sarriá con el apoyo de Dª Dorotea de Chopitea, viuda de Serra, al contar con la aprobación episcopal de Mons. Jaime Catalá y Albosa (Arenys de Mar, Barcelona, 01-11-1835-Barcelona, 01-03-1899), promotor de la coronación canónica y el patronazgo ejercido por la Virgen de la Merced en la Ciudad Condal y, anfitrión al recibir y agasajar en persona al santo fundador salesiano en su esperada visita y estancia en Barcelona. Juan Branda partía desde Utrera, el 14 de febrero de 1884, con la reducida Comunidad salesiana camino de Sarriá, por lo que, se suspendía por el momento, la pretendida fundación hispalense. Por otra parte, Ernesto Oberti, rector de Utrera, inauguraba el solar donado por el coadjutor salesiano Guillermo Gil y Calvo (31-08-1854-1935), ubicado en el madrileño distrito de Carabanchel Alto. Dicha finca fue adquirida por los salesianos en 1902, año en el que se inauguraba en el madrileño parque del Retiro, la estatua ecuestre del rey Alfonso XII, hechura del valenciano Mariano Benlliure Gil (Valencia, 08-09-1862-Madrid, 19-11-1947). Con carácter definitiva, la nueva mansión fue inaugurada el 08 de diciembre de 1904, previa transformación en Inspectoría Céltica y Casa de acogida en 1912, del Teologado Inspectorial Céltico (8).
Estancia en Barcelona
El viernes, 15-10-1880, una obra salesiana surgía de la carta convertida en profecía: “Vas a abrir una Casa en Utrera (Sevilla), pero no pasará mucho tiempo, cuando una señora, hoy casada en Barcelona, y ahora no sueño, al quedar viuda (30-08-1881), nos invitará a aquella ciudad, en la que abriremos una gran casa…”, estas fueron las palabras dirigidas por D. Bosco al citado Juan Bautista Branda, en su despedida de Turín. La primera Comunidad Salesiana en la Ciudad Condal provino de Utrera, por lo que, Branda, tuvo que abandonar la Casa de Sarriá y regresar a Italia con el objeto de reponer su maltrecha salud, mientras era sustituido por Felipe Rinaldi, por entonces, Director del Colegio turinés de San Juan Evangelista y primer Inspector de la Ibérica (1892-1902). Por ello, las dos únicas Casas salesianas hasta 1890, fueron Utrera y Sarriá, siendo la tercera, San José de Rocafort, en Barcelona, pertenecientes a la Inspectoría Romana. En febrero de 1884, los salesianos se establecieron en Sarriá y construyeron una Escuela de Artes y Oficios destinada a los hijos de familias trabajadoras, conocida como Talleres Salesianos de Sarriá, pueblo de unos 4.000 habitantes y distante a unos 4,5 kms., anexionado a Barcelona en 1921. Los primeros salesianos se asentaron en la masía de Can Prats, en símil con Italia, al contar con tres recintos cultuales, la capilla en honor a María Auxiliadora, una Iglesia externa y otra externa, dedicadas a la Virgen en la sugerida advocación. El primer recinto edilicio fue iniciado por D. Juan Branda en 1884, el segundo, por el Rector e Inspector de España-Portugal, Felipe Rinaldi, y el tercero, por el primer salesiano español Manuel Benito Hermida Pérez, en 1901. La benefactora Dª Dorotea de Chopitea y de Villote (Santiago de Chile, 04-06-1816-Barcelona, 03-04-1891), madre de seis hijas, esposa ejemplar y promotora de múltiples causas y fundaciones caritativas que superan la treintena, ejerció de gran benefactora de las obras salesianas, fue declarada Venerable por Juan Pablo II, en 1983. Conoció por la prensa, la dinámica labor fundacional de Don Bosco, ante la detallada descripción de las crónicas aparecidas en cuatro de los números editados por la Revista Popular en 1882, dirigida por Félix Sardá y Salvany (Sabadell, Barcelona, 21-05-1841-02-01-1916). La profecía del fundador se empezaba a cumplir gracias a la colaboración de Dª Dorotea. Con celeridad se iniciaban los Talleres Salesianos Sarriá de San José, junto al Colegio del Santo Ángel en 1889, y el Colegio de San José de Rocafort, en el barrio obrero de Hortafranchs, destacada impulsora igualmente del Colegio Salesiano de Talca en su país chileno, al fallecer su esposo, el banquero José María Serra Muñoz, el 12-08-1882, y cumplir con el testamento de favorecer a las familias obreras (9).
El cronista salesiano Carlos María Viglietti (1864-1915), secretario particular de D. Bosco narró con minuciosidad el viaje efectuado por Don Bosco a Barcelona (desde el 8 de abril al 6 de mayo de 1886). El fundador salesiano iba precedido por las gentes con fama de profeta y taumaturgo, acogido como santo varón y hombre de Dios, por lo que se hizo depositario de beneficios y favores por parte de proletarios, burgueses, banqueros y gentes de toda clase y condición social. En la Estación ferroviaria barcelonesa le esperaban el Gobernador Civil y los más ilustres Cooperadores Salesianos, siendo elegida la carroza de Dª Dorotea, Viuda de Serra para trasladar al insigne Don Bosco por Barcelona. A su vez, desde Madrid, llegaba una Comisión presidida por Manuel Silvela y de la Vielleuze (París, 09-03-1830-Madrid, 25-05-1892), bajo los augurios de la Reina gobernadora, Dª María Cristina de Habsburgo para solicitar la dirección de un Reformatorio en Carabanchel Bajo, en paralelo a otras iniciativas provenientes de Aragón y, demás territorios, motivada por tan ilustre visitante.
En su repleta agenda figuró la visita a los templos barceloneses de Belén, y al patronal de la Merced, el 5 de abril, en el que Don Bosco, quedó gratamente sorprendido al recibir las escrituras de los terrenos ubicados en la cumbre del Tibidabo para edificar una ermita, además de visitar a la familia Martí-Codolar en Horta-Valle de Hebrón, el día 3 de mayo. En sus jardines quedó plasmada su estelar figura en atemporal e impactante fotografía, un lunes, 03 de Mayo de 1886, presidida por el Santo Fundador sentado y con la cabeza cubierta por un bonete español de cuatro puntas, instantánea convertida en icono congregacional, al figurar algunos de los más egregios iniciadores de la aventura salesiana. Algunos de ellos fueron posteriormente reconocidos colaboradores y santos de la misma. Envuelto en amplio manteo como el que usan los presbíteros españoles aparece Don Bosco, junto al cedro, con las manos juntas, como si tuviera frío, el cabello revuelto, un poco gris y tupido, con semblante fatigado, los ojos nublados por la incipiente ceguera, y en los labios, la perpetua sonrisa, templada y tierna, sonrisa de abuelo resignado. Sentado en un sillón junto al Abad Mitrado de la Trapa, procedente del Monasterio de Santa María del Desierto, de la Orden del Císter, Congregación de la Gran-Trapa, perteneciente al Arzobispado de Touluse (Francia), que se encontraba en Barcelona para restaurar la Orden del Cister, desmantelada durante el proceso desamortizador protagonizado por Juan Álvarez Mendizábal (Cádiz, 1790-Madrid, 1853), en 1834. También aparece en la misma, el citado obispo Catalá i Albosa, en compañía de los huérfanos de Sarriá que asoman la cabeza para salir en la instantánea, y entre ellos, dos insignes personajes, D. Rua, que se agacha como para susurrarle algo al oído, y Dª Dorotea de Chopitea, emparentada con la familia regentada por Luis Martí-Codolar (1843-1915), dueño de la finca que sirvió de antiguo zoológico de la capital catalana (10).
Algunos barceloneses solicitaban de Don Bosco, un templo Nacional y Expiatorio, al estilo del parisino de Montmatre, similar al romano, erigido en honor al Sagrado Corazón en Monte Pretorio. Hasta veinte hechos extraordinarios se contabilizan y recogen en la Crónica elaborada por Viglietti, que pasaron a engrosar las Memorias Biográficas del Santo Fundador (MB XVIII, 60-120). Algunos, quedaron reflejados en los muros de la capilla de la Torre Prats, en el recinto Inspectorial de la Casa barcelonesa con apoteósica despedida en la estación barcelonesa de Francia, el 6 de mayo, previo su traslado en esa tarde a Gerona, con partida, el 7 de mayo de 1886, en dirección a Francia por Cervère hacia Montpellier previa culminación del trayecto y regreso a Turín. En uno de los sueños, evocador del inspirado de las Dos Columnas tenido a los nueve años, Don Bosco concibió en la colina de I Becchi, el proyecto de adquirir para las Hijas de María Auxiliadora, la compra de un chalet, junto a las Escuelas Profesionales de Sarriá, conocido como la Torre Gironella y transformada en Casa-Colegio de Santa Dorotea, en el que se establecieron las salesianas, el 01/05/1887, recinto convertido en propiedad de las nuevas inquilinas desde el 19 de marzo de dicho año. Consolidada la fundación barcelonesa se abrieron nuevas casas de religiosas salesianas por Andalucía, con sede fijada en Valverde del Camino (Hueva), en 1893, al igual que, en el vicentino colegio sevillano un año después, y el ecijano en 1895, durante el cardenalato de González y Díaz Tuñón. El colegio utrerano gozó de la primogenitura ibérica, previo al de Sarriá, en el que se fraguaron las posteriores fundaciones de Sarriá, Sevilla, Madrid y Portugal, cabeceras de otras tantos centros salesianos (11).
Arquitectura Salesiana
Entre la cronología salesiana hay que significar la inauguración del templo en honor de San Francisco de Sales, el 20-06-1852, fecha del nacimiento oficial de la Congregación Salesiana, la Consagración del Santuario turinés, el 18-12-1859, la Archicofradía de María Auxiliadora por Pío IX, el 09-06-1868, el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, el 02-04-1870, por María Mazzareno, la inicial misión salesiana en América Latina, el 11-11-1875 y, la Pía Unión de los cooperadores Salesianos en 1876. La grandiosa Casa turinesa del Santuario di Maria Auxilatrice construida entre los años 1864 y 1866, fue consagrada dos años después con la impronta en su fachada principal de las premisas palladianas, junto al innegable referente adoptado del modelo veneciano y templario de San Giorgio Maggiore. La fábrica constructiva y advocacional fue ideada en 1846 por Don Bosco, si bien, el proceso edilicio finalizó en tiempos de su sucesor, D. Miguel Rúa en 1891, con el remate pictórico cupular de Giuseppe Rollini. En mayo de 1918 se celebraba en Turín, el cincuentenario de la Consagración del Santuario basilical de María Auxiliadora, que sería ampliado con la solemne inauguración, el 12 de abril de 1934, al colocarse la primera piedra, con diseño del Mario Ceradini, e interesante intervención del arquitecto salesiano Julio Valotti, autor igualmente, del templo romano dedicado a María Auxiliadora. La principal innovación fue el alegórico altar dedicado a Don Bosco, junto a la ampliación presbiterial, y elevación de una segunda cúpula, doble capilla lateral y tribuna superior. Destacar la ornamentación pictórica de Cussetti, además del definitivo emplazamiento de la venerada reliquia del Santo Fundador en acristalada y transparentada Urna sepulcral, que ha peregrinado la edición de 2012, distintas localidades y centros salesianos, como preparación al bicentenario fundacional de 2015 (12).
Modelos templarios fueron, además de la Casa Madre de Turín, el basilical y romano dedicado al Sagrado Corazón de, al Castro Pretonio, junto a la actual estación Términi, iniciado en 1871, durante el pontificado de León XIII, concebido en planta de cruz latina por el arquitecto Francesco Vespignani, con el que colaboró el escultor Valentino Graziolido. De planta basilical consta de tres naves con fachada de mármol travertino de Tívoli, de innegable influjo bramanesco que alcanza unas dimensiones de 68 m. de largo por 30m. Presiden su fachada, las estatuas marmóreas de San Francisco de Sales, patrono de la Sociedad Salesiana, San Agustín acompañado por sendos ángeles de Ángel Benzon, y remate del Campanile, en travertino, el Redentor en actitud de bendecir, labrado por el escultor turinés, Enrique Cattaneo. El templo y altar mayor queda presidido por el lienzo del exalumno salesiano Giuseppe Rollini. En 1920 se consagró en Turín la Iglesia de San Agustín en estilo románico-lombardo, de 75 m. de largo, que los salesianos levantaron en la sede de San Ambrosio, tarea culminada tras la colocación de la primera piedra un 04-06-1900, con presencia del Cardenal Ferrari y d. Miguel Rua (13).
El 19 de marzo de 1882, festividad de San José, se colocó la primera piedra del templo barcelonés de la Sagrada Familia, bendecida por el Obispo Josep María Urquinaona y Bidot (Cádiz, 04-09-1813-Barcelona, 31-03-1883), y el electo de Vic, Josep Morgades i Gili (Villafranca del Penedés, 09-10-1826-Barcelona, 08-01-1901), junto al resto de autoridades. En 1883, se incorporó el arquitecto autor del proyecto Antonio Gaudí i Cornet (Reus, Tarragona, 26-06-1852-Barcelona, 10-06-1926), de creativa y providente arquitectura, expresada con la creatividad geométrica, proclive al goticismo apreciable en las naves interiores cerradas por arcos y abovedamientos, culminados en paraboloides hiperbólicas, que evocan una estructura arborescente y boscosa. Las fachadas del Nacimiento y la Pasión, contaron con la intervención del escultor Josep María Subirachs i Sitjar (Barcelona, 11-03-1927), autor de un centenar de esculturas, siendo de Joan Puigdollers, la correspondiente al fundador salesiano labrada en piedra blanca en la zona superior del claustro próxima al baptisterio. El ámbito alegórico prima en el conjunto templario plasmado con motivos vegetales de natural simbología y sustento teológico, con remate de doce campanarios en representación de los Apóstoles, como primeros obispos de la Iglesia. El arquitecto y Marqués Enrique Sagnier y Villavecchia (Barcelona, 21-03-1858-01-09-1931), Presidente de la Asociación de Arquitectos de Cataluña con Encomienda de Alfonso XII, recibió en 1923, el título Pontificio, y el Marquesado de Sagnier, como autor del primer templo dedicado en España a María Auxiliadora, un 28-05-1892 y, haber conocido personalmente a Don Bosco en su visita a Barcelona. La titularidad templaria del Sagrado Corazón coincide con su homónimo monumento de 28 metros de altura, erigido en el Cerro de los Ángeles de Getafe, con la presidencia real de Alfonso XIII, embellecido por la cualificada intervención del escultor Aniceto Marinas García (Segovia, 17-04-1866-Madrid, 23-09-1953) y el arquitecto Maura Nadal (14).
El Templo del Tibidabo (Tibi-dabo) superó en altura a la inicial ermita inaugurada el 3 de julio de 1886, ubicada en su cumbre, conforme al deseo del fundador salesiano y, costeada por la caridad de Dª Dorotea de Chopitea. Hasta ella ascendía desde 1901, la conocida Romería del Ram en las cercanías de la cripta, bendecida en 1911, con la incorporación un año después, de la primera Comunidad Salesiana. El 19-11-1934 se bendijo la fachada presidida por la gran estatua de San Juan Bosco destruida en la guerra civil, siendo de 1956, la realizada en bronce al Sagrado Corazón como remate de la torre central. El ingeniero Puntas construyó en su interior, una estructura rígida, ligada a la base de ángulos arriostrados que conforman un todo con el bronce, con el objeto de empotrarla en la piedra cupular en consistente solidez. La subida de la estatua tuvo 2 fases: La primera, hasta la terraza superior con la ayuda de una pluma, previa ubicación de las nueve estatuas pétreas del apostolado y, una segunda pluma de 30 m., fijada para elevar la estatua cristológica. Para ello, se efectuó una abertura en la base craneal, por donde emergerá una plancha de hierro atornillada a la estructura interna.
La prensa de Barcelona y la salesiana en 1935, recogía la noticia y el impacto causado por la grandiosa estatua de bronce dedicada al Sagrado Corazón, que coronará el Templo Nacional Expiatorio del Tibidabo, de 8 metros de altura, bendecida por el obispo mártir de Barcelona, Dr. Manuel Irurita y Almándoz (Larrainza, Navarra, 19-08-1876-04-12-1936), superior al descubridor de origen genovés, que preside desde alzada columna, el transitado paseo portuario barcelonés, ya que, sólo la cabeza alcanza los 1,30 metros. Cristo con los brazos abiertos en cruz es revestido con amplia túnica, desprovista de manto, que recuerda al Corcovado brasileño. El modelo precisó de 20.000 kilos de barro, 15.000 de yeso y muchos más de agua, en total, unas 50 toneladas, por lo que, constituye uno de los mayores moldes de fundición broncínea. Uno de ellos fue incorporado con 40.000 kilos de bronce derretido, que hizo explosión y derramó el líquido candente por el suelo, cubriendo de gases la atmósfera. Los operarios huyeron del taller y sólo quedaron el escultor y el fundidor, que taparon con barro las grietas por donde escapó el bronce para reforzar con maderos el molde, haciendo palanca contra él para impedir el resquebrajamiento. Quedaron con ello fundidas el resto de piezas para proceder al cincelado de las mismas, una vez descompuesta la escultura en cinco piezas, por lo que, constituyó todo un reto la elevación hasta la cumbre del templo, con el objetivo que todo ello ocurriera, el 05-05-1936 (15).
El papa Juan XXIII inauguró la iluminación desde Roma en octubre de 1961 y la elevó a categoría basilical. En la fachada resaltan las esculturas pétreas de Eusebio Arnau i Massort (Barcelona, 1864-1933), erigidas a San Miguel, o las emplazadas sobre las puertas laterales de Santa Teresa de Jesús, con el birrete de doctora y Santa Margarita María Alacoque. En el triángulo superior figura la profética imagen de San Juan Bosco, y, en la terraza superior, las colosales estatuas de los doce Apóstoles de José Miret Llopart, autor igualmente del Viacrucis alabastrino y de la imagen de bronce, que corona el conjunto templario, que sobrepasa los 7,50 m. de altura, con un peso de 4.800 kilos, de 66,50 m., fundida por la Casa olotina Casa Hijos de Barberi. Otras estatuas quedan dedicadas desde 1957 a Santiago, San Jorge y la Virgen de la Merced, junto a los Evangelistas del citado Arnau, y mosaicos de la Casa Bru, con cinco naves al interior y altar de mármol y metal, diseñado por Enrique Sagnier y cincelado por Urp, autor de la valiosa custodia que nucleariza la Capilla de la Adoración Perpetua, con el fresco de la última Cena, obra de Miquel Farré (1947-49). Preside el Altar Mayor la interesante talla del Crucificado, de Juan Puigdollers, autor en 1957, del Monumento a San Juan Bosco que inicia el ciclo escultórico en la Galería de fundadores en el Monasterio de Montserrat y de la estatua marmórea del fundador, de 2 m., de 1959, que preside la finca de Martí-Codolar (16).
Como brillante y estético complemento arquitectónico sobresale por sus colosales dimensiones la cúpula y fachada templaria de San Francisco de Sales de Estrecho en Madrid, del sacerdote salesiano Antonio Torm, inspirado en el Oratorio de Valdocco de 1918, dedicado a San Juan Bautista.
Iconografía escultórica Salesiana
Desde hace siglos se venera en Pésaro (Italia), un cuadro de la Virgen vencedora y provista de cetro en actitud de oprimir al dragón. En dicho lienzo ven algunos historiadores el origen iconográfico de María Auxiliadora, en símil tipológico al integrado en el estandarte de Nuestra Señora de la Victoria, regalo de D. Juan de Austria a las dominicas de Barcelona. Don Bosco ideó un grandioso cuadro para el Altar Mayor en su honor, en el que se recoge el ideario plasmado en 1865, por el pintor Tomas Andrés Lorenzone (1824-1902), al aseverar que una mano invisible le guiaba los pinceles en el lienzo que preside la Casa turinesa. María Auxiliadora aparece bañada en un mar de luz procedente del Padre y del Espíritu Santo, portadora del cetro identitario de manifiesta autoridad en la mano derecha, y en la izquierda, del Niño sonriente y con los brazos abiertos que invita, en solícita autocomplacencia: “Acudid a mi Madre, todos encontraréis cabida en su corazón”. En un nivel inferior, situó a los apóstoles y los evangelistas presididos por San Pedro y San Pablo, que contemplan arrobados a la Reina de los Apóstoles, Auxiliadora y Madre de la Iglesia. Debajo, en lontananza, aparece la ciudad de Turín, y el Oratorio de Valdocco con el Santuario y el templo de Superga. Dicho cuadro resume el modelo e icono de la espiritualidad salesiana, conforme a Juan Vecchi, séptimo rector-sucesor de D. Bosco. Esta tipología mariana será venerada en templos, capillas y hogares de multitud de antiguos alumnos y jóvenes salesianos custodios de su estampa en carteras y medallas, en bolsos o colgados al cuello. En 1862, Don Bosco sorprendió al dirigirse a Cagliero: La Madonna vuole che la onoriamo sotto il titolo di Maria Ausiliatrice (La Señora quiere que la honremos bajo el título de María Auxiliadora)(17).
Con motivo de la preparación del Centenario de D. Bosco en 1915, fue convocado el Congreso Internacional de cooperadores y exalumnos coordinado por D. Antonio Manno, promotor del Monumento proyectado en la Plaza de María Auxiliadora, junto a la actual basílica turinesa. Al mismo se presentaron escultores de toda procedencia, siendo 59 los artistas y 62, los bocetos enviados y expuestos en 1913, en el Salón del Oratorio. El Boletín Salesiano se hizo eco de los bocetos seleccionados pertenecientes entre otros, a los escultores José Graziosi, de Florencia, Eduardo Rubino, de Turín, Ernesto Vespignani, de Buenos Aires, y del turinés, César Zocchi, en paralelo al proceso y composición del jurado, al escoger en principio, a cinco de los presentados y premiar finalmente la maqueta presentada por el escultor ravenés Gaetano Cellini (Rávena, Italia, 27-08-1875-Turín, 1937), discípulo de Maltoni y Mazzarenti, artista que se trasladó a Turín, e ingresó en el estudio de Pietro Canónica, afamado autor de los bustos al Zar de Rusia y de los Reyes de Inglaterra. El emblemático y simbólico conjunto fue resuelto en bronce con secuelas renacientes, sufragado por diversos colaboradores con el apoyo y la aportación económica del Consistorio turinés.
El 12-06-1916, la estatua de D. Bosco fue colocada sobre la base, complementado por diversos relieves recubiertos de broncínea pátina, si bien, el ejército italiano se adueñó de algunos materiales durante el proceso de fundición encargado a Florencia, por lo que fue de nuevo realizado dicho encargo a otras casas de Varesse y Turín, con el consiguiente retraso en los plazos de ejecución y montaje, que se prolongaron hasta 1920. El citado artista fue también autor de la monumental estatua del Fundador salesiano y broncíneo pedestal inaugurado en el interior del Oratorio, el 24-04-1929. Fue igualmente artífice de la marmórea lápida dedicada a Mamá Margarita en el Muro de la Casa Pinardi en 1930. Finalmente, el conjunto escultórico fue inaugurado con solemnidad oficial ante la Casa Central de Turín en las gozosas jornadas del 23 y 24 de mayo de 1920. El monumento erigido a Don Bosco sobresale por su entidad figurativa y simbólica resuelto en bronce, en conjuntada disposición compositiva y cierto influjo donnateliano al quedar el fundador salesiano efigiado como renovado héroe del genio y la bondad para presidir la turinesa Plaza de María Auxiliadora (18).
En Andalucía, es obligada la cita del monumento en mármol de Carrara procedente de Génova erigido a San Juan Bosco acompañado de dos niños, que antecede a la fachada del Colegio gaditano, en recuerdo de las Bodas de Oro Salesianas en España y el gozoso aniversario y declaración conmemorativa de la beatificación del fundador el 02-06-1929. El mismo fue inaugurado y bendecido el 27 de diciembre de 1932, festividad de San Juan Evangelista, para perpetuar en su basamento pétreo en áurea escritura, “Cádiz al Beato Juan Bosco, Año 1931, G. Cellini, Torino MCLXXXI”, proyecto escultórico sufragado por la caridad de Dª Ana de Viya, alma gemela de Dª Dorotea de Chopitea. Al cincel de Cellini se atribuye igualmente el Monumento erigido al Rvdo. Pedro Ricaldone, en Mirabello (Italia).
Por otra parte, la iconografía de María Auxiliadora reincide en los modelos incorporados por los Talleres Salesianas de Barcelona-Sarriá con multiplicidad de versiones dispersas por el orbe católico, incluida la Casa Central de turinesa. La imagen recoge en su recorrido compositivo, la invariable y persistente policromía bicromía en manifiesta búsqueda de la afable naturalidad representada por la iconografía mariana y salesiana, por lo general incorporada, salvo en contadas excepciones, como acontece en la versión tipológica de la Sentaita sevillana, en que la Virgen sedente sostiene al Niño. Fueron múltiples los encargos cumplidos desde los talleres barceloneses, resueltos por lo general, en pasta y caracterizada factura compositiva, entre las que se cuentan, las localizadas en Herrera del Pisuerga, Astudillo y Palencia, Burgos, Zamora, Allariz (Coruña), Cáceres, Mérida (Badajoz), Montaña Blanca, (Lanzarote), La Orotava y San Benito de los Realejos (Tenerife), Vigo (Pontevedra), Orense, Atocha, Estrecho, Carabanchel Alto, Aranjuez y El Plantío, en Madrid, Aldearrubia (Salamanca), Santander, Ciudadela (Menorca), Jerez de la Frontera (Cádiz), La Palma del Condado (Huelva), Linares (Jaén), Fuentes de Andalucía (Sevilla), Montilla y Córdoba, Valencia-Ruzafa, Burriana (Castellón), Villena (Alicante), Puertollano (Ciudad Real), Ciudad Real, Mataró, 1961 y Barcelona-Horta, Pamplona, Baracaldo (Vizcaya), Granada (dos imágenes modernas de Puigdollers), Ronda y Antequera, en Málaga (19).
Partícipes del requerido interés artístico son algunas muestras musivarias trazadas en cerámica vidriada, por el escultor valenciano, en Urnieta (Gipúzcoa) Vicente Rodilla Zanón (Siete Aguas, Valencia, 11-04-1901-20-08-1974), en símil con la realización de mosaicos propiciada por el catalán Santiago Padrós i Elías, (Tarrasa, Barcelona, 04-06-1918-Vendrell, 01-05-1971), autor del conjunto figurativo que recubre la colosal cúpula de 21 m. de diámetro del templo madrileño de San Francisco de Sales, en el Colegio de Estrecho, de inspirada versión arquitectónica bizantina. En el espacio cupular se integran las 75 figuras que recorren los 400 metros cuadrados, presididos por una sedente María Auxiliadora, de 6,50 m., y un San Juan Bosco que la contempla, de 4,50m, y alcanzar el resto de figurantes, los tres metros, en abierto contraste con los modernistas culminados en 1987, por el reconocido pintor y muralista burgalés Jose Vela Zanetti (Milagros, Burgos, 27-05-1913-Burgos, 04-01-1999), destinados a la leonesa localidad de la Robla.
La iconografía escultórica salesiana retoma la tradición imaginera, bien de corte cristológico, mariano o hagiográfico generada durante la fase noucentista, en símil con la reconocida, por entonces, Escuela de Olot, iniciada por Joaquín Vayreda Vila (Gerona, 1837-Olot, 1914), asociado a Josep Berga Boix (La Piña, Gerona, 1837-Olot, 1914), capital artística de la comarca de la Garrocha gerundense. Ambos abordaron el reto empresarial proyectado a la “construcción de santos”, y aventajar en calidad y producción artesanal a las denominadas artes industriales practicadas en la capital francesa por el “Arte de San Sulpicio”. Se generalizó por entonces la publicidad de las imágenes resueltas en las denominadas Escuelas Profesionales Salesianas, sitas en el Paseo Don Bosco, 4, de Sarriá-Barcelona. El prototipo imaginero, un tanto edulcorado, recogía la tipología generada durante el mejor barroco español al incorporar distintos prototipos hagiográficos presididos por María Auxiliadora, San Juan Bosco, San Francisco de Sales, San José Santa Teresa, Santa Rosa de Lima, San José de Calasanz, el angelical San Rafael y Tobías, dinamizada por la conjuntada imaginería grupal y carácter procesiona, junto a la popularizada reiteración de los conocidos Ecce Homo, Flagelación y la Oración en el Huerto, plasmados en pasta de madera y variedad de tamaños, al oscilar desde 0,20 hasta 1,50 m. hermosamente coloreados. Habituales resultan igualmente los cuadros y pasajes del Víacrucis, las Placas dedicadas al Sagrado Corazón y María Auxiliadora en ampliada oferta destinada a los amigos y bienhechores de las obras impulsadas por el fundador salesiano, adquiridos en plazos y módicos precios. De dicha Escuela salieron altares con destino a Oratorios públicos y privados, armarios, trípticos, cómodas, sofás, sillerías, púlpitos, confesionarios, junto al variado mobiliario que acredita el dignificado proceso de trabajo productivo conforme a los planos y proyectos según, la madera y la ornamentación deseada (20).
Escultores-Esculturas
Entre la prolífica bibliografía salesiana se deja notar la generalizada ausencia de textos y documentos vinculados con la extensa iconografía mariana y hagiográfica relacionada con la imagen titular de María Auxiliadora y del fundador salesiano San Juan Bosco, que mantuvo de por vida, la devocional y tradicional costumbre de remitir una imagen a cada una de las fundaciones emprendidas. Entre los antiguos monumentos figura el erigido a Santo Domingo Savio, que evoca al italiano de Mendonio d´Asti, inaugurado el 04-10-1920, en mármol blanco por el avezado escultor Ennico Cattáneo, antiguo alumno del Oratorio Salesiano de Turín, en paralelo a su homónimo en ascensional pedestal, que presidió el patio central de las Escuelas Salesianas de la Trinidad sevillana, desde el 3 de abril de 1921, sufragado por suscripción popular (4.000 pts.), y labrado por el notable escultor Antonio del Castillo. En la historia salesiana quedaron reflejadas ejemplares biografías artísticas como la proyectada por el “El Guardián Sordo”, salesiano de espíritu, místico y generoso artista de por vida, identificado como Alejandro Planas y Sauri, autor de tres monumentos para la barcelonesa Casa Font, con los grupos pétreos de Cristo clavado en la Cruz, el Descendimiento y un Santo Sepulcro, encargos provenientes de los cercanos Talleres Salesianos de Sarría, destruidos durante la contienda bélica y reconvertidos en unificado y simbólico conjunto dedicado en 1942, a los Mártires Salesianos, en recuerdo del asesinato de varios salesianos, entre los que destacó, José Calasanz Marqués, Provincial de Valencia, martirizado el 29-07-1936 (21).
En la Basílica vaticana se localiza en el ángulo derecho de la cúpula miguelangelesca se localiza en mármol de Carrara, la colosal estatua de Don Bosco en compañía de Domingo Savio y Ceferino Namuncurá, ubicada en una de las hornacinas cercana a San Longinos y, próxima a la escultura petrina ubicada a más de 40 m. de altura. El dibujo y diseño de la misma responden al modelo presentado por el académico escultor turinés Pedro Canónica, previo su traslado al bloque gigantesco de Carrara. En dicho conjunto figura Juan Bosco con dignificada testa, que nos remite al condottiero de almas y asumida actitud de apóstol, más que de dulce fundador. Con ella ascienden a 33, las estatuas dedicadas a santos fundadores y triunfantes emplazadas en la Basílica vaticana. Hay cuatro comprometidas, entre ellas Santa María Micaela, fundadora de las Siervas del Sacramento, que será, la séptima entre las españolas, Santa Lucía Filippini, fundadora de las Maestras Pías, Santa Luisa Marillac y Santa Juana Thouret, de las Hijas y Hermanas de la Caridad. Dicho artista fue igualmente autor del Monumento a Benedicto XV (22).
En dilatada estadística se integran algunos de los considerados artistas intervinientes en la expansión del patrimonio escultórico salesiano, más allá del territorio italiano, si bien, escasea la documentación respecto al nomenclátor y la autoría de sus directos protagonistas, pendientes de ser inscritos y recordados en el itinerario histórico-artístico, merecedor de un mayor y detenido estudio en relación al meritorio legado escultórico. A modo de resumida miscelánea se recogen en el presente texto, algunos de los formados e iniciados escultores en las afamadas Escuelas Profesionales Salesianas de Sarriá, hecho patente por el buenhacer del alumno salesiano, Juan Puigdollers Olm (Vich, Barcelona, 02-09-1927-07-12-2004), prolífico autor de numerosos dibujos, orfebrería (cruces procesionales, expositores, custodias), medallas y demás encargos escultóricos concebidos en el controvertido oficio de la madera como destacado aprendiz y oficial, que alcanzó el grado de maestro, ascendido a escultor y autor de numerosas estatuas e imágenes religiosas abocetadas en reclamada variedad matérica (barro, madera, mármol, bronce). Se especializó en el manejo y la talla en madera sin renunciar a la labra de piedra, previa elección de la idea abocetada en el dibujo y triple versión a escoger para bascular entre el tradicional clasicismo de signo figurativo, en contraste estilístico con el intervalo tendente al modernismo lineal, hasta llegar a la nueva figuración de atrevido y vanguardista concepto, acorde con las premisas emanadas del Vaticano II (23).
Conocedor de la adecuada preparación de la madera mediante el encolado de diferentes tablones, medidas y grosores, en proceso que antecede a la eliminación de lo sobrante, en virtuoso proceso técnico. “A su hija le aconsejaba al respecto, que la forma del palillo debía ser una prolongación del dedo que le permitiera sentir y trabajar la forma como es debido”. Supervisaba el traspaso del modelo original a la madera, o la piedra con la práctica procesual habitual, al abordar desde el barro en el que se apreciaba la textura del modelado, el yeso y, mediante el sacado de puntos, su traslado al material definitivo haciendo bueno el dicho de que, el barro es oro, la escayola, la plata y el bronce, la hojalata. Trabajó en colaboración con los escultores José Miret y Labarta, en la confección de modelos en yeso policromado, por lo general, en tonos suaves e imitación broncínea de patinados verdes y envejecidos toques metalizados, matizados con la adición de la goma laca, para poder transformar los pigmentos naturales (tierras, sombra natural, siena tostada, ocre, etc.). En su prolífica y polifacética labra artística participaron entre otros, el policromador-dorador José Fandós, sucesor del pintor, Jordi Alum, Pedro Falcó y Martínez Olalla.
Ante los numerosos encargos recibidos durante la denominada etapa de posguerra española, se hizo necesaria la intervención de renombrados artistas, como fueron entre otros, los escultores Martí Casadevall Mombardó (Olot, Gerona, 1886-1968), y el tarraconense, Inocencio Soriano Montagut (Amposta, Tarragona, 21-04-1893-22-11-1979), cualificados escultores, implicados en la elevación del nivel formativo del alumnado de Sarriá, centro artístico del que salieron diversidad de imágenes y pasos procesionales concebidos en las décadas de los años 40 y 50. Puigdollers finalizó el bachillerato profesional en 1947 y, obtuvo el Graduado en Artes Aplicadas, sección decoración para cursar clases de dibujo del natural, en la academia Massana y Sáinz de la Maza, hasta ampliar conocimientos en la rama de procedimientos pictóricos. En su prolífica trayectoria escultórica ejerció de operario, maestro de taller y proyectista, conocedor de las diversas escuelas de Bellas Artes y Talleres de Imaginería, como las ubicadas en Barcelona, regentados por Font, Rius y Reixach (24).
Considerado el escultor salesiano por excelencia al permanecer por cinco años como alumno en la sección de Escultura en las conocidas Escuelas Profesionales Salesianas de Barcelona-Sarriá, e ingresar en 1941, y recibir la enseñanza magisterial de Gaspar Mestres en la sección de Carpintería, Ebanistería, Escultura y Decoración. En la misma colaboró con los artistas Modesto Bellido, Basilio Bustillo, Felipe Alcántara, el mallorquín Jaime Perelló, Rómulo Piñol, Julián Massana, José Miret, Ricardo Colom, Teófilo Rebollo y Jesús Almazán. Destacó en la faceta de dibujante creativo y cualificado artista en la técnica de modelado, instruido por el profesor salesiano Cancio Petruzio (26-06-1918-21-09-2011), experto ebanista, pintor, músico y proyectista de muebles.
La ingente producción de Puigdollers se sintetiza en 1500 proyectos, junto a la hechura de 300 imágenes de distintos tamaños, 60 imágenes de María Auxiliadora, y 50 de San Juan Bosco, 160 relieves, 30 grupos escultóricos, 40 bustos, además de otros tantos proyectos de amueblamiento y ornamentación materializados en catedrales, iglesias y capillas. Ejerció como diseñador de múltiples modelos realizados para el entorno numismático, la medallística y la joyería. Su arte se contempla disperso por 16 países, entre los que se cuentan, España, Alemania, Francia, Italia, Iberoamérica, Estados Unidos, Guinea Ecuatorial, Costa de Marfil, India, Filipinas y los Países Árabes. El estilo de Puigdollers se identifica con la expresividad escultórica de carácter religioso, en sugerente e insinuada indefinición afín al cubismo, sin abandono de la figuración anatómica, en definida continuidad evolutiva hacia la simplificación compositiva en sintonía posconciliar para nuclearizar, en habilidosa síntesis, los acentos nucleares de lo específicamente escultórico. Se consideró continuador de la estela marcada, entre otros, por el escultor valenciano, afincado en Barcelona, Vicente Navarro Romero (Valencia, 1888-Barcelona, 1978?), en cuya producción escultórica, predomina el realce acentuado, volumétrico y tridimensional, en conjuntado equilibrio formal y compositivo. Entre sus múltiples realizaciones descuella el monumento dedicado a los Héroes de Espinosa de los Monteros y el erigido al P. Joan Collel, en Vich, la estatua marmórea de San Juan Bosco para el Monasterio de Montserrat y, su homónima en travertino de 1998, para el inconcluso templo de la Sagrada Familia, al igual que, el busto broncíneo en 1984, de Dª Dorotea Chopitea para Barcelona. Igualmente fue autor de diversos referentes y modelos hagiográficos como los dedicados a los beatos salesianos, José Calasanz y Felipe Rinaldi, con destino al Santuario barcelonés de María Auxiliadora. A su gubia se asignan las tallas de Santa Gema, en 1970, en madera de nogal, que preside el templo zaragozano pasionista, un Sagrado Corazón, de 4,5 m. para América Central y, un Resucitado, en 1975, de 3,20 m., en madera de limoncillo destinado a Guatemala, parejo al fundador salesiano, encargo proveniente de la capital oscense en 1998. Fue igualmente artífice en 1970, del grupo marmóreo dedicado a D. Bosco acompañado de sendos niños, europeo y patagón, con modelo que preside la generalidad de los centros y colegios salesianos. Introdujo con inusitada maestría diversos prototipos hagiográficos, entre los que figuran, el del fundador escolapio San José de Calasanz, de 1947, para el Colegio salesiano de Barcelona, un San Pío X y, San Agustín, de 2,00 m. de altura, en goticista factura compositiva, en paralelo a la estatua pétrea del fundador salesiano, además del relieve lígneo resuelto para la Capilla barcelonesa de Martí-Codolar (25).
Durante su etapa formativa compartió inquietud y éxito juvenil, junto a los considerados, siete jóvenes formados en los Talleres Salesianos de Sarriá. Entre ellos, su amigo y estrecho colaborador Manuel Buisán Aineto (Huesca, 24-12-1928), becado por la Diputación oscense y trasladado a Barcelona para integrarse en el equipo de artistas coordinado por Puigdollers, del que se consideró “hermano de leche”, al intervenir conjuntamente en diversos encargos y proyectos escultóricos de carácter imaginero-procesional. En su hacer artístico destacó la rehabilitación retablística y decorativa de altares y enseres eclesiales, abordada durante la etapa de la posguerra, además de numerosos encargos resueltos para los templos barceloneses del Carmen y el Santuario del Tibidabo. Recibió el profesional consejo y magisterio del arquitecto Bonet Gari, coetáneo del escultor olotino, Modesto Fluvia Aiguabella (Sant Esteve de Bas, 1925,) y del escultor, medallista y pintor, José Ramisa Valcorba. Contó con taller propio en la calle Hurtado de Barcelona, del que salieron diversos modelos e imágenes para ser reproducidos en piedra artificial, pasta-cartón y látex. Uno de los últimos encargos realizados entre 1996-97, en colaboración con su maestro Puigdollers, fue el diseño ornamental del singular Liceo barcelonés (26).
En el Piamonte italiano sobresale la obra planteada en bronce o mármol, por algunos de los considerados artistas “fronterizos” entre los siglos XIX y XX, como fueron en su momento, Valentino Grazioli, Ángel Benzoni, Angel Zoffoli, Enrique Cattaneo, de Turín, Francesco Confalonieri, Gaetano Cellini, de Ravena, Ennio Tesei, Corrado Piazza, Ginotti, Bozzano. Destacaron a inicios de la pasada centuria: José Graziosi, de Florencia, Eduardo Rubino, de Turín, Ernesto Verspignani, de Buenos Aires y César Zocchi, de Turín (autores de diversos bocetos destinados al Monumento a Don Bosco en Turín. Otros escultores fueron Maltoni y Mazzarenti, de Rávena, Miguel Baraca Rossi, Santiago Vicente Mussner (María Auxiliadora de San Severo, Italia) y, Ennio Ferrari (Madonna dei Lagghi, y busto a San Juan Bosco, 1984), en Aviglinia (Italia). Otros monumentos fueron los erigidos, en Castel Nuovo, a D. Bosco en 1922, de Caetano Cellini, en Riva de Chieri, a Domingo Savio en 1960, y sus homónimos de Mondonio y Chieri en 1979, o la erigida con carácter monumental y ecuestre, de Ceferino Manucuri, en Frascati. Son legión las esculturas encargadas y motivadas por los sucesivos centenarios para distintos templos y centros salesianos, entre las que descuella la ubicada en el patio central del colegio salmantino dedicada al fundador salesiano, o la reciente imagen valenciana destinada a la parroquial de San Dionisio, del escultor e imaginero José Azpeitia Ureña (Valencia, 19-09-1936), de 1,5 m. de altura Entre las modernas y recientes esculturas consideradas vanguardistas figuran las realizadas por el salesiano, José Ellero (Italia).
Entre los actuales artistas y escultores salesianos reseñar al onubense afincado en Madrid, Enrique Herencia Anillo (Isla Cristina, Huelva, 21-12-1927), discípulo del escultor de la tierra, Antonio León Ortega (Ayamonte, Huelva, 11-12-1907-Huelva, 09-01-1991), del que se considera aventajado discípulo al posar de modelo angelical para el conjunto procesional de la Oración en el Huerto, y trabajar en su taller, sito en la calle de San Cristóbal, 7, en Huelva, junto a los policromadores Pedro Gómez y Enrique. Es pintor y co-autor del colosal Resucitado, que preside la Iglesia del Colegio Santo Domingo Savio de Madrid, de casi 3 m. de altura en madera de abedul. Ejerció de misionero en Cuba y México, siendo autor de diversas imágenes procesionales con destino a procesionar en la Semana Santa de Álora (Málaga), entre las que se cuentan, el Resucitado y una talla mariana para la Hermandad de la Borriquilla. Abundante es la imaginería reincidente en la tipología mariana y salesiana, como la propiciada por el escultor sevillano con taller abierto en la madrileña barriada de Vallecas, José Andrés Antúnez (Sevilla, 03-02-1939), formado en Ayamonte (Huelva), e ingresar con trece años, en el taller del escultor andaluz, José Vázquez Sánchez. Por tierras onubenses trabó amistad con el escultor de la tierra, León Ortega y, con el sevillano Sebastián Santos. Afincado con carácter de permanencia en Madrid cuenta con taller propio desde 1963, y entre sus escultores predilectos figuran el valenciano José Capuz Mamano, Luis Ortega Bru y Lorenzo Frechilla. Se considera imaginero autodidacta, conocedor de las técnicas escultóricas al ejercer de modelador, vaciador y policromador, especializado en la imaginería de Pasión, en la que destacan Nazarenos, Crucificados y Dolorosas. Entre sus tallas dedicadas a María Auxiliadora citar las destinadas a diversos templos y parroquias, como la de Cristo Liberador en Parla, Soto del Real, Fuenlabrada, Alcalá de Henares, o los centros salesianos de San Miguel y Estrecho de Madrid (27).
Entre los primeros escultores salesianos hay que citar al andaluz de origen, formado en Sarriá, Ángel Ramos Velázquez, y entre los actuales, al malagueño afincado en Madrid, Diego Rodríguez Navarro (Álora, Málaga, 04-06-1945), que cursó el noviciado en Mohedarno (Guadalajara), siendo autor de algunos grupos e imágenes relacionadas con la iconografía mariana y la belenística en general. Colaboró con Arte Martínez y Andrés Antúnez, como artífice de algunas de las versiones que orlan la citada parroquial parleña, con obra imaginera en su localidad natal de Álora (Málaga). Realizó diversas tallas e imágenes para Mohedarno (Guadalajara) y Madrid. Prosigue la relación con el antiguo alumno salmantino de San Benito , formado en el madrileño de San Fernando, Francisco Aparicio Sancho, autor del alegórico monumento a Don Bosco en Béjar, de 1977, o los gallegos de origen Xoan Piñeiro Nogueira (Hio, Pontevedra, 1920-Porriño, 1980), autor del erigido al fundador en Riazor-Coruña y, del también orensano Xermán Antón González Rodríguez, protagonista del Monumento a María Auxiliadora, inaugurado el 15-08-2005 en Rairía de Veiga, en símil, al santiagués Fernando García Blanco, artífice de los proyectos escultóricos asentados en Cambados y Santiago de Compostela, al igual que, del Monumento orensano al fundador salesiano, inaugurado el 21-11-1989, junto a la escultura-regalo del artista navarro Jorge Oteiza y, Luis de Matos, autor del Busto de Don Bosco para Úbeda, en 1988, además del erigido por el escultor salesiano Juan Manzana, a María Auxiliadora en Campello (Alicante). En esta relación se incluye al aragonés formado en Sarriá, Manuel Arcón Pérez (Graus, Huesca, 1928), artífice del Monumento en bronce y poliéster, de 2 m., inaugurado el 24-05-1981, con destino al Colegio Salesiano de Zaragoza, ciudad que cuenta igualmente desde 1908, con la imagen titular mariana destinada al templo de Santa Cruz, aunque, traslada en 1913, al de San Gil, de la capital aragonesa, composición atribuida al escultor valenciano y regidor de reconocido taller imaginero Francisco Borja en 1913.
En el dilatado proceso cronológico y escultórico son dignos de estudio entre otros, el académico y hermano de Agapito, Venancio Vallmitjana Barbany (1828-1919), autor de la imagen pétrea que preside el templo erigido a María Auxiliadora, junto al Colegio del Santo Ángel barcelonés, el gallego de origen y discípulo de Parellareda, Francisco Asorey González, (Cambados, Pontevedra, 1889-Santiago de Compostela, La Coruña, 1961) iniciado en el oficio de la gubia en los talleres de Sarriá bajo la tutela del escultor Parellanada, previo su traslado a los Salesianos de Barcaldo (Vizcaya), donde instaló estudio, junto a los escultores de origen vasco, Julio Beobide y Goiburu (Zumaya, Guipúzcoa, 19-12-1881-11-09-1969), autor del Crucificado del Perdón para su Hermandad homónima de Baracaldo (Vizcaya), inicialmente procesionado el Domingo de Ramos de 1950, y Juan Guraya Urrutia (Bilbao, 01-06-1893-Romo, Las Arenas, Vizcaya, 19-11-1965), autor del Cenáculo bilbaíno con proyección vallisoletana. Algunos artistas que figuran en el entorno salesiano son igualmente, Carlos Bravo Nogales (Sevilla, 1915-1985), formado en los Talleres del Colegio Salesiano de la Trinidad de Sevilla en 1940, autor de la imagen de María Auxiliar de La Palma, junto a su discípulo Francisco Berlanga Ávila (Sevilla, 28-05-1958)(María Auxiliadora y San Juan Bosco para Sevilla), Venancio Blanco Martín (Matilla de los Caños, Salamanca, 14-03-1923), (Crucificado, bronce, de 2,70 m., María Auxiliadora y Sagrario cedidos a la Biblioteca Pública de Pedro Abad, Córdoba, 2009), Lorenzo Frechilla del Rey (Valladolid, 1927-Madrid, 1990), Luis Antonio Sanguino de Pascual (Barcelona, 1934), artífice de las puertas catedralicias de La Almudena y del busto broncíneo de Don Bosto para el templo salesiano de Guadalajara, Santiago de Santiago Hernández (Navaescurial, Ávila, 25-07-1925), promotor del Crucificado y la titular mariana que presiden el madrileño templo salesiano de Madrid-Atocha, Francisco Liza Alarcón (imagen de María Auxiliadora en Santa Cruz de Tenerife), Enrique Orce Mármol (Sevilla, 12-10-1885-25-07-1952), autor de la Sentaita sevillana en, 1944, María Auxiliadora de Triana-Sevilla), el también escultor y Catedrático de Bellas Artes sevillano Jesús Gavira, autor del monumento a María Auxiliadora, emplazado en una plaza de Triana. Entre otros referentes escultóricos se constatan distintas piezas emanadas desde los madrileños Talleres de Arte Granda, fundados en 1891 por el sacerdote asturiano, Félix Granda Buylla, en los que trabajaron el gaditano Luis Ortega Bru (San Roque, Cádiz, 10-09-1916-Sevilla, 20-11-1982)junto a su hermano José Augusto Ortega Bru, autor de la titular mariana vallisoletana (28).
En tan amplia estadística escultórica se integran igualmente, el andaluz Francisco Buiza Fernández (Carmona, Sevilla, 23-04-1922-01-03-1983), discípulo del sevillano Sebastián Santos Rojas (Higuera de la Sierra, Huelva, 04-11-1895-Sevilla, 16-07-1977), con la talla mariana destinada al Centro de Sevilla-Nervión, de 1967, el alicantino Remigio Soler Tomás (Agrés, Alicante, 1897-?), junto a los artistas pertenecientes al foco salmantino, José Luis Núñez Solé (Zamora, 10-12-1927-Valladolid, 23-12-1973), Damián Villar González (Salamanca, 12-02-1917-02-09-2003) y Fernando Mayoral Dorado (Valencia de Alcántara, Cáceres, 14-04-1930). Entre la imaginería digna de ser rescatad, figura la generada, entre otros, por el escultor e imaginero zamorano, afincado en Madrid, Higinio Vázquez García (El Pego, Zamora, 13-06-1930), en modernizada versión mariana para el Colegio salesiano de La Robla (León). Continúa la nómina con los magistrales tronos y carrozas del sevillano Manuel Guzmán Bejarano (Sevilla, 02-08-1921), autor del ubicado y considerado el mayor, para la Trinidad de Sevilla, en el que es procesionada cada 24 de Mayo, María Auxiliadora, el malagueño de origen, Francisco Palma Burgos (Málaga, 12-02-1918-Úbeda, Jaén, 31-12-1985), con su prolífica producción repartida entre Madrid, Málaga y Úbeda, generador de un cualificado discipulado, al que se incorporan su hermano José María Palma Burgos (Málaga, 23-08-1928), Ramón Cuadra Moreno (Úbeda, Jaén, 29-03-1929-30-03-1999), y Marcelo Góngora Ramos (Úbeda, Jaén, 1940) (29).
La primera estatua de la Capilla Pinardi fue la erigida a la Consolata, si bien, D. Bosco dijo, “todos nuestros acontecimientos más importantes han comenzado y terminado el día de la Inmaculada”, si bien, la Virgen recibió otros tantos títulos populares, como los advocados de Nuestra Señora del Castillo, de la Escala, Dolorosa, Rosario, junto a otras devociones locales. Mas, la primera escultura de María Auxiliadora enviada en 1885 por Don Bosco desde Marsella (Francia) a Utrera, fue concebida en liviana composición de cartón-piedra y, clásica composición de tamaño natural, decorada en imprimación azul celeste para el manto y en tono rosáceo que reviste la túnica mariana. Se modificó en parte la misma al variar la posición del cetro sostenido en la mano derecha con pedestal y ángeles en ambos márgenes con halo dorado y estrellado, a modo de celestial aureola. El 15 de agosto de 1893, se inauguraba en Ciudadela el primer templo erigido en España a María Auxiliadora. La tierna mirada mariana alberga en su mano izquierda al Niño con los brazos abiertos en acogedora compostura. La imagen sevillana y mariana fue coronada por bula romana, el 21-12-1980, tras la petición cursada por el Cardenal de Sevilla, D. José María Bueno y Monreal, tercera en el orden cronológico, tras la Virgen de Reyes en 1904, y la Antigua en 1929. Del artista sevillano Francisco Rodríguez Henríquez es el monumento erigido a Don Bosco el 31-01-1994, en la placita de ingreso de la Centenaria Casa salesiana de la Trinidad sevillana, en símil cronológico con el broncíneo busto de Francisco Fatuarte dedicado a D. Pedro Ricaldone, primer misacantano salesiano en Sevilla y director de la Trinidad desde 1894 hasta 1902, artífice de la imagen titular mariana encargada a los Talleres de Sarriá y bendecida el 30-05-1895 por el Cardenal y Arzobispo d. Benito Sanz y Forés con presencia de la madrina, la Infanta Maria Luisa Fernanda, estrecha cooperadora salesiana en Sevilla (30).
Al entorno procesional se acogen algunas tallas como la ubetense del Cristo de la Noche Oscura, de 1969, imagen titular para su homónima Cofradía, obra del citado imaginero Palma Burgos, y la gaditana del Cristo de la Penitencia, de 1983, del escultor Manuel Hernández León (Sevilla, 15-04-1938). Insigne fue la obra producida por el escultor e imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci (Sevilla, 27-02-1882-29-11-1967), autor en 1943 de la imagen del fundador salesiano acompañado de dos niños, un estudiante y el otro artesano con destino al Colegio del Carmen de Utrera, e íntimo amigo del también sevillano, Antonio Illanes Rodríguez (Umbrete, Sevilla, 09-10-1901-1976), autor en 1942, del Cristo del Perdón para su homónima Cofradía penitencial de Pozoblanco, y, para Jerez de la Frontera, José Pérez Conde fue el artífice de la innovadora imagen de María Auxiliadora en 1997, que recuerda a la erigida en la Trinidad sevillana. En Granada fueron dos las imágenes de María Auxiliadora, una la tallada por el escultor de la tierra, Francisco López Burgos (1922-1996) en 1970, y la gubiada en 1996, en madera de cedro, de 1,75 m., policromada por el escultor sevillano Francisco Fernández Enríquez, en colaboración con sus hijos Darío y Rubén. Atípico resultó el monumento-obelisco erigido a Don Bosco en Salamanca, junto al Colegio de los Pizarrales del escultor e imaginero isleño Cayetano Herrera en 2002. Del artista valenciano Bernardo Rodríguez, es el broncíneo conjunto integrado por cinco esculturas, siete columnas de seis metros de altura y 1700 kilos de peso, bendecido el 30-01-1999, emplazado en la calle Sagunto de la capital del Turia, próximo al Centro Salesiano de San Antón. Entre las estatuas pétreas, la gaditana y catedralicia, y el busto que preside la plaza de San José del Valle. Por tierras onubenses destacan las esculturas de José Martín Lagares (La Palma del Condado, Huelva, 1976), autor de la imagen titular mariana para Mérida (Badajoz), en 2007, en símil iconográfico y monumental respecto a otros grupos de su autoría, como el isleño inaugurado el 21-08-2010, en San Fernando (Cádiz), próximo al de Camarón o, el malagueño, emplazado en la “Fuente Olletas”. De factura reciente son los igualmente erigidos en Zamora, dedicado al fundador Don Bosco, el 27-06-2009, del mismo escultor, antiguo alumno salesiano, y el de Alcoy (Alicante), bendecido el 23-05-2010 (31).
Este es, en resumido itinerario congregacional, un balance aproximativo del asumido y actualizado patrimonio escultórico generado por la Congregación salesiana, surgida de la mano de San Juan Bosco en la región piamontesa del norte italiano con posterioridad expandida a la considerada “Tierra de María”.
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• Memorie Biográfiche di D. Bosco, Tomos VI al XIX, Ed. S.E.I., Torino (Italia).
• REYERO, Carlos, Escultura, Museo y Estado en la España del Siglo XIX, Historia, Significado y Catálogo de la Colección Nacional de Escultura moderna, 1856-1906, Ed. Fundación Eduardo Capa, Alicante, 2002.
• RUGGIERO, Pila, La Basílica Di san Giovanni Bosco in Roma, Ed. Società Editrice Internazionale, Turín, 1969.
• SLA I GIRALT, Carme, Dates històriques de L´Escola de Bellas Artes d´Olot, Imprenta Alzamora, Olot, 1974.
• SANZ DE DIEGO, Rafael María, Historia de la Iglesia en España, La Iglesia española ante el reto de la Industrialización, Vol. IV, Ed. BAC, Madrid, 1984.
• SUBIRACHS I BURGAYA, Judit, L´Escultura del Segle XIX a Catalunya, Publicac. de L´Abadia de Montserrat, Barcelona, 1994.
• TUÑÓN DE LARA, Manuel, La España del siglo XIX, Ed. Club del Libro Español, París, 1961.
NOTAS
(1) AA.VV., Don Bosco en el Mundo, 2 Vols., Ed. Marcos Bongioanni, Torino (Italia), Enero, 1998.
(2) San Juan, memorias del Oratorio II, en Obras Fundamentales, Madrid, 1983, pp.425-426 (Madrid cuenta con tres Fundaciones de la Visitación desde 1749, 1798 y 1907).
(3) AA.VV., (Söl-Brocardo-Aubr-Colli, La Virgen en los Tiempos Difíciles, Ed. CSS, roma, 1980, pp. 30-31.
(4) Ibidem., pág. 51.
(5) Martín González, Ángel, S.D.B., Los Salesianos de Utrera en España, Una Institución al Servicio del Pueblo, Ed. Inspectoria Salesiana de Sevilla, 1981
(6) Díaz Cotán, José, Cien años de Presencia Salesiana en Málaga, 1894-1994, Ed. CCs, Madrid, 1996.
(7) Ibidem., pp.463, 464 y 493.
(8) Martínez González, ángel, S.D.B., Historia de la Casa de Carabanchel Alto, Ed. Inspectoría Salesiana de San Juan Bosco, Madrid, 1984.
(9) AA.VV., Don Bosco, Cien años en España, Ed. CCs, Madrid, 1980.
(10) Alberdi, Ramón-Casasnovas, Rafael, Martí-Codolar, Una obra social de la Burguesía, Ed. Don Bosco, EDEBÉ, Barcelona, 2001.
(11) Boletín Salesiano, Año CXXV, Nº 8, Septiembre 2012, Ed. CCS, Madrid, 2012, pp. 10-11.
(12) Op. Cit, Martínez González, Ángel, Los Salesianos de Utrera…..
(13) Guida ai loughi salesiani, storia, spiritualità, arte, Ed. Elle Di Ci, Turín 8Italia), 1988.
(14) SAGRADA FAMILIA ¿
(15) Lázaro Díaz, Antonio, El Tibidabo desde Dentro, Ed. Artual, S.L., Barcelona, 2004.
(16) Elías, Feliu, L´Escultura Catalana Moderna, Ed. Barcino, Barcelona, 1926
(17) MARIA AUXILIATRICE EN ITALIA
(18) AA.VV., Nuovo Dizionario Degli Scujltori Italia Dell´Ottocento e del primo Novecento, Don alfonos Panzetta, Adarte, Torino, 2003, pág. 1064.
(19) AA.VV., María Auxiliadora en España, Ed. CCS, Madrid, 1984.
(20) Verdaguer i Illa, Mª Carme, L´Escultura a Olot, Diccionari biografic D´autors, Ed. El Bassegoda, s.a., Olot, 1987.
(21) AA.VV., 100 Años de Presencia Salesiana en Barcelona-Sarriá, Ed. Don Bosco, Barcelona, 1984.
(22) “L´Inaugurazione della statua di San Giovanni Bosco nella Basilica di San Pietro, BSi LX, 2 (Febbraio 1936), pp. 56-62.
(23) Datos biográficos de Joan Puigdollers Olm, facilitados por su hija Dª Mercedes Puigdollers Sirera.
(24) Subirachs i Burgaya, Judit, L´Escultura del Segle XIX a Catalunya, Publicacions de L´Abadia de Montserrat, Barcelona, 1994.
(25) Sobre Joan Puigdollers, BOLETÍN SALESIANO.
(26) Bonet Salamanca, Antonio, Aproximación a la Imaginería Procesional en Madrid, 1940-1990, Ed. Pasos, Madrid, 2007.
(27) Joan Ellero, Boletín Salesiano……..
(28) Toral Valero, Felipe, Vida y Obra de Palma Burgos, Ed.Ed. El Olivo S.L.L., Úbeda (Jaén).
(29) Borrego Arruz, Jesús, Cien años de presencia salesiana en Sevilla-Trinidad,(1893-1993), Sevilla, 1994.
(30) Boletín Salesiano, Nº 8, Septiembre 2009, Madrid 2009.
(31) Boletín Salesiano Nº 11, Diciembre 2011, Ed. CCS, Madrid, 2008, pág. 21.
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